
Nos han hablado mucho de calorías, pero ¿y que pasa con la energía?
¿Te ha pasado…?
Que estás comiendo algo aparentemente sano… pero al terminar, en lugar de sentirte ligera, te sientes densa, incluso triste.
O al contrario: pruebas una fruta jugosa, una ensalada viva… y algo dentro de ti se enciende, se limpia.
No es imaginación. Es energía.
Hoy no hablamos de calorías. Ni de macronutrientes. Ni incluso de nutrientes.
Hablamos de algo más sutil, pero muy real: la energía de los alimentos.
Porque lo que comes no solo alimenta tu cuerpo… también puede iluminar tu mente y llenar de paz tu alma.
¿Por qué importa?
En la tradición Ayurveda, los alimentos se clasifican en sattvicos, rajásicos y tamásicos, según su vibración energética.
Frutas y verduras frescas, llenas de color y vida, son consideradas “capacitadoras de luz”: alimentan más allá del físico, elevan tu prana, tu energía vital.
En cambio, la carne —sobre todo la de mamíferos— puede llegar cargada de emociones densas: miedo, adrenalina, angustia.
Un estudio del Journal of Clinical Psychology asocia el consumo elevado de carne roja con niveles persistentes de ira y ansiedad. No es una coincidencia.
¿Qué sucede dentro de ti?
Como dijo Martin de Stefano:
“La luz está en lo que crece del sol. La oscuridad, en lo que fue prisionero.”
La carne de vaca te ancla a la tierra… pero también puede llenarte de memorias emocionales ajenas.
El pescado, en cambio, es más fluido, más suave. Muchos maestros espirituales lo consideran “neutral”: nutritivo, pero menos cargado emocionalmente.
Cómo elegir con conciencia
No se trata de extremismos ni dietas rígidas. Se trata de volver a elegir… con presencia:
- Elige alimentos vivos. Busca lo que creció bajo sol y luz: hojas, raíces, frutas.
- Siente antes de comer. Hambre real, necesidad emocional o hábito automático.
- Come en silencio o con música suave. El entorno influye en tu digestión y estado interno.
- Evita lo procesado. Cuánto más manipulado, menos prana conserva.
- Agradece. Un plato bendecido vibra diferente. Da gracias, saborea con presencia y humildad.
No se trata de perfección… se trata de vibración.
Cada comida es una oración, un acto de conexión contigo.
Como dice un antiguo dicho:
“No somos solo lo que comemos. Somos lo que absorbemos, lo que integramos, lo que dejamos florecer dentro.”
El actor Richard Gere,
conocido por su camino espiritual, llevó su dieta hacia lo vegetal para evitar llevar en sí el sufrimiento de otros seres.
No lo hizo por salud, lo hizo por respeto y compasión.
Y esa dignidad está al alcance de todos.
Imagina tu cuerpo como una lámpara. Los alimentos son su combustible.
Puedes llenar esa lámpara de luz… o dejarla encendida en sombras.
La llave que determina qué entra… está en tus manos.
¿Y si empezaras a comer no para controlar tu cuerpo… sino para conectarte con algo más grande?
¿Y si cambiasas contar calorías por contar luces, vibraciones, momentos que elevan tu alma?
Si estás aquí, es porque algo en ti ya está despertando.
La información es útil… pero no basta. Lo que necesitas es transformación.
En LiberaDiet, lo que contamos no son gramos, sino historias. Y las transformamos desde dentro.
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¿Qué alimento te da luz? ¿Cuál te pesa?
Y comparte este artículo con quien necesita elevar su vibración.
Gracias por leernos,
Caty – LiberaDiet
💬 ¿Te resuena todo esto?
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Y si quieres empezar un cambio real desde dentro, estoy aquí para acompañarte.
💜 Escríbeme, y caminamos juntas.


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